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viernes, 24 de septiembre de 2010

Gracias Hernán...

Entrevista a Hernán Pagés                                         



Hernán Pagés nació el 2 de mayo de 1973, en Capital Federal. Debutó en 1991, a sus 18 años en el club de sus amores, Club Atlético Chacarita Juniors, en donde en 1994 obtuvo el título de la B Metropolitana.
En primera jugó para Lanús y Banfield (donde participó de la Libertadores en 2005), en la B estuvo en Gimnasia de Jujuy, Instituto, Quilmes, Dep. Español, Belgrano además del ya mencionado Chacarita Juniors.
En el exterior, formó parte de La Liga Deportiva Universitaria de Quito (Ecuador), Shandong Luneng (China) y su último club Melpilla de Chile.
La temporada pasada, dirigido por Jorge “El Flaco” Vivaldo, integró el plantel de Temperley y actualmente está jugando para el Club Comunicaciones.

La charla comenzó como no podía ser de otro modo, por su pasión, por esa sangre que corre por sus venas, negra y blanca además de roja. Siguió con su paso por este club, anécdotas de pretemporada, su vida personal y profesional.

“En Chacarita tengo los mejores recuerdos, sobre todo en las pretemporadas de verano, porque es donde mejor la pasas, a pesar de que los “profes”  te matan y estás con el físico ahí al límite, después en las horas libres las pasas bien. Me acuerdo un día, una reunión que habíamos hecho en una habitación empezamos a contar anécdotas, estaba Pablito Santillo, Mariano Mignini, que tenía mucho miedo a ese tipo de historias, Pablo se creyó demasiado el miedo de Mariano, entonces le dijimos que terminada la reunión pasado cierto tiempo se ponga una sábana arriba de la cabeza, tapando el cuerpo y que haga como que era un fantasma que estaba sonámbulo.
Santillo accedió apagamos todas las luces, cada cual se fue a su habitación, pero entramos de nuevo a la habitación de Mignini todo el plantel, Pablo sin saber de esta situación, entra para asustarlo como habíamos acordado, nosotros que estábamos esperándolo lo tapamos con la misma sábana y empezamos a darle piñas, patadas, se enojó mucho esa noche y es el día de hoy que sigue buscando a los culpables”. (Risas)


Actualmente,  ¿Dónde estás jugando?

Estoy en Comunicaciones.

¿Qué te hace seguir adelante?

Me encanta jugar a la pelota, el ambiente del fútbol, formar parte de un plantel. Por eso yo creo que uno no se resigna a colgar los botines, el físico todavía me responde así que le voy a seguir dando, mientras esto suceda.


¿Pensaste en tu retiro en el Tricolor?

Si, es más me hubiese gustado volver al club, tener una despedida con la gente. Siempre fue mi sueño volver y por diversos motivos no se pudo, pero no tengo dudas que el amor que siento por Chacarita, y lo que he aprendido, seguramente lo voy a devolver  de alguna manera, no sé si como jugador…


Me comentabas que uno de tus cuatro hijos, Nicolás, que tiene 14 años sigue tus pasos en el funebrero, así que hay Pagés para rato, ¿Consideras que el hecho de que juegue en este equipo sea una forma de retribuir lo que a vos te dio?

No. Pero disfruto que sienta los colores como yo

¿En qué posición juega?

Es delantero.

¿Vos le hablas, lo aconsejas?

Sí, mucho, y me escucha. Siempre le digo que es importante que sienta la camiseta y que en la cancha no tenga miedo, uno se prueba partido a partido, y no siempre son todas buenas.


Los caminos de este deporte tienen secretos indescifrables, difíciles de anticipar. Quizás en uno de esos caminos se encuentren los Pagés dentro de una cancha. Seguramente con las lógicas distancias (de edad y de posición, por ejemplo), pero donde no habrá diferencias será, seguramente, en esa forma de sentir el fútbol, porque la transfusión ya está hecha. La sangre tricolor mencionada en el inicio de la nota corre indiscutiblemente por el cuerpo de ambos.




                                                                                                                           

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